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65 AÑOS DEL CESI

 

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¿QUÉ ES EL CESI? ¿QUÉ HACE EL CESI?

 
 

Estas son preguntas que todos los que hemos pasado por el CESI hemos tenido que responder en algún momento. La primera vez que me tocó responderlas, no lo logré..Sentí que estaba dejando muchísimas cosas por fuera y aunque tratara de explicarlo, era muy difícil capturar todo lo que abarca ser parte del CESI. Hoy, 7 años más tarde, todavía no he encontrado las respuestas. Incluso me inclino a pensar que no existen palabras que le rindan verdadero honor a lo que significa, impacta, forma y enseña participar en el Centro de Estudiantes San Ignacio. Sin embargo, voy a intentarlo

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Este artículo busca contar parte de la historia del CESI recopilando las historias, enseñanzas y anécdotas de 7 ignacianos que formaron parte de la institución en distintos momentos de nuestra historia. Armando Michelangeli (Presidente y Cofundador, 1958-60), Andrés Caldera Pietri (Presidente, 1970-71), Héctor Turuhpial (Presidente, 1983-84), Agustín Silva Díaz (Cultura, 1990-91), Joaquín Espinoza (Presidente, 2009-10), Aníbal Borges (Presidente, 2016-17) y Juan Catalá (Presidente, 2017- 18)

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EL NACIMIENTO DEL CESI EN 1958

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A finales de 1957, las calles de Caracas empezaban a estremecerse. Los movimientos estudiantiles universitarios (algunos de ellos liderados por exalumnos del colegio), fueron quienes promovieron y dirigieron los movimientos a nivel nacional en contra de la dictadura de Marcos Pérez Jiménez. Los estudiantes del San Ignacio de ese entonces, no se quedaron atrás, decidieron ir y participar en las protestas, fueron a trancar calles y a “echar palo” en contra de la dictadura. Cuando el colegio se dió cuenta del nivel de coraje de este grupo de estudiantes comprometidos a salvar al país, decidieron ayudarlos desde la clandestinidad

El rol de los jesuitas fue fundamental en este proceso. En noviembre de ese año, los padres Jenaro Aguirre S.J.(Rector), Manuel Aguirre S.J. y Muniategui S.J. le prestaron a este grupo de estudiantes el taller donde se hacían los EDASI para que usaran los esténciles para estampar y reproducir volantes con las consignas “Fuera La Dictadura”, “Muerte a Pérez Jiménez” y “Venezuela Libre”. Los ignacianos se llevaban los volantes en sus morrales a la UCV y se los distribuían a todo el movimiento estudiantil para que los repartieran a los ciudadanos. Durante todo este proceso, varios ignacianos fueron a protestar, algunos de ellos incluso fueron apresados por la Seguridad Nacional en distintas ocasiones. Sin embargo, sin cesar en el ánimo y ardor, siguieron buscando su objetivo de promover la democracia en Venezuela.

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Tres meses después, el jueves 23 de enero de 1958, cae la dictadura de Marcos Pérez Jiménez. Ese mismo día, pocas horas después de que se diera el anuncio, los estudiantes Armando Michelangeli, Sebastián Alegrett, Oswaldo Páez Pumar, Antonio José Lovera, Evencio González Patiño, José Ignacio Cadavieco, Alejandro Suels, Rafael Tomás Caldera y Héctor Turuhpial Sr. fundan el Centro de Estudiantes del Colegio San Ignacio (CECSI), el primer centro de estudiantes de educación media en Venezuela

EL COMPROMISO EXPANDE SUS ARISTAS

 

En 1970, luego de 12 años como institución, el CESI continuó expandiendo sus raíces e involucrándose más y más en las actividades del colegio. En la campaña electoral para el CESI 1970- 71, participó la primera plancha integral “con todos los cobres”, la plancha Nueve, liderada por Andrés Caldera Pietri (1970-71). Es la primera plancha con una organización “profesional” con su respectivo logo, plan oficial de proyectos, y con su eslogan “Vota Nueve, la que se mueve”. La estrategia electoral de Caldera Pietri y su equipo funcionó y se convirtieron en la decimotercera directiva del Centro de Estudiantes San Ignacio

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Durante este año, el CESI se enfocó en impactar más áreas del colegio. Primero que nada, revivieron el EDASI como una revista mensual con el objetivo de expandir una institución hermana para aumentar su alcance, impacto y maximizar los ecos de alumnos. Esto fue una tarea titánica, que implicó coordinar constante y recurrentemente la recopilación/creación de artículos, historias, caricaturas y columnas, así como también coordinar logísticas de impresión, distribución y alcance.

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El compromiso social fue otro punto de enfoque para este Centro de Estudiantes. Además de incluir un Boletín de Acción Social en los EDASI mensuales, revivieron la Semana Social. Un proyecto que buscó conectar al estudiantado con la realidad social del país a través de pancartas, múltiples debates y discusiones en todo el colegio. La Semana Social logró canalizar las perspectivas y emociones de los ignacianos sobre la desigualdad, pobreza, y el rol de la educación en nuestro país

Luego de amplificar el impacto del CESI en el EDASI y en el Servicio Social, el compromiso del CESI de 1970-71 buscó expandir aún más sus aristas en el Colegio San Ignacio, esta vez buscando ayudar a su profesorado. A falta de Seguro Social, los profesores del colegio estaban muy preocupados. Al ser esta preocupación evidente a los ojos de los estudiantes, el CESI buscó formar parte de las conversaciones e involucrarse junto a la dirección del colegio y a los padres para formular una solución clara y eficaz para el problema. Sin embargo, los jesuitas de ese entonces no dejaron que el CESI participara en las conversaciones. A pesar de que en su momento no lograron el cometido, el CESI 1970-71, fue el génesis de la idea de involucrar a los estudiantes en el programa de Seguro Social de los profesores. Hoy en día, parte de los fondos recaudados anualmente en el Festival Intercolegial De Gaitas se usan para cubrir el seguro del profesorado.

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ALINEAR VISIONES Y OBJETIVOS A TRAVÉS DEL ENTENDIMIENTO: EL CESI 1982-1983

 
 
 
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Entre 1980 y 1983, la Teología de la Liberación agarró vuelo en Venezuela y en Latinoamérica. La idea de usar el evangelio para interpretar las injusticias y la pobreza en el país ganó, por un lado, mucha popularidad, y, por otro lado, mucha oposición. El colegio no se escapó de esta realidad. La perspectiva de cierta parte del país hacia la misión de los jesuitas en Venezuela, especialmente hacia el Centro Gumilla no estaba en su mejor momento. El proyecto social de los jesuitas ha sido y es crear hombres y mujeres para servir. Dado el contexto social, el concepto de “servir” fue malinterpretado por un grupo de personas. Incluso algunos padres optaron por sacar a sus hijos del San Ignacio y cambiarlos a los Arcos

Fue aquí donde el Centro de Estudiantes tuvo que dar un paso adelante. El CESI de 1982-83, se dedicó a crear y promocionar espacios para fortalecer el pensamiento crítico y filosófico a través del debate, la escritura y la cultura. Encabezado por Héctor Turuhpial, el CESI 1982-83 se enfocó en alinear la visión y misión del colegio con la perspectiva de los padres y del estudiantado. Los debates a foro abierto, las discusiones en los pasillos y los concursos de ensayos fueron los puentes que llevaron a un entendimiento sobre el rol del colegio en la formación de los ignacianos e ignacianas.

Institucionalmente, también fueron años importantes para el CESI. Fue la directiva que implementó el primer reglamento y manual de la institución, dando estabilidad institucional a directivas futuras. Además, el CESI logró en 1983 que por primera vez se realizara el desfile de los deportes en un fin de semana, para así maximizar la asistencia de exalumnos y padres que por trabajo no podían asistir durante semana. El CESI de 1982-83 fue un CESI de entendimiento, cooperación y trabajo en equipo que abrió muchas puertas para el desarrollo de lideres verdaderamente ignacianos, hombres y mujeres de acción para la acción, con un enfoque integral, balanceando el fortalecimiento de cuerpo, mente y alma.

EL PAÍS CAMBIA, EL CESI SE ADAPTA

 
 

Our Clients Say

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Durante el segundo mandato de Carlos Andrés Pérez, Venezuela paso por una reconstrucción y reestructuración de sus instituciones. Surgieron muchísimas dudas y debates de cómo se debían regir las instituciones a nivel nacional. Estas ideas emergentes de cambio y reestructuración también cruzaron las puertas del colegio. Durante la convivencia de delegados, empezaron a surgir ideas sobre cómo se debía regir el Centro de Estudiantes, específicamente las elecciones de sus directivos.
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Hasta 1989, las elecciones para el CESI se llevaban a cabo a través de un sistema de cociente electoral, en el cual cada plancha recibía una proporción de puestos basada en la proporción de votos recibidos. La principal falla de este sistema era que, una vez terminadas las elecciones, cada plancha debía decidir a puertas cerradas quienes quedaban en la directiva y quienes quedarían por fuera.

Luego de la convivencia de delegados y con ayuda de la comisión que dictaba los estatutos, el sistema electoral del CESI cambió al sistema de votación uninominal que conocemos hoy en día. El CESI1990-91, fue el primer CESI electo bajo este sistema, en donde cada candidato es elegido por los votos recibidos individualmente, maximizando así la transparencia al electorado

Agustín Silva Díaz junto a su directiva necesitaban levantar fondos para poder sustentar los proyectos que tenían planeados. Su solución fue potenciar el Festival de Gaitas. Si bien el Festival ya existía, antes de 1990, el proyecto todavía no había cuajado lo suficiente. Bajo la directiva del CESI 1990-91, la organización del Festival de 1990 parecía normal. Tenían una tarima en el pasillo entre Modulo 1 y Modulo 2 con un sistema de sonido sencillo. La gran diferencia fue que para este Festival se habían invitado a casi todos los colegios de Caracas, atrayendo con ellos a gran parte de sus estudiantes. El día del evento, la entrada fue caótica. Los tickets de entrada se habían sobrevendido y la cantidad de personas en la puerta tratando de entrar y pagar a la vez era masiva. Para los directivos del CESI, fue infinitamente difícil manejar estas masas, en las palabras de Agustín, el Festival “se les fue de las manos”. Cabe acotar que, en ese entonces, ni los jesuitas ni la dirección del colegio tenían un rol activo en la organización del Festival, todo lo organizaba el CESI, un grupo de estudiantes entre 15 y 17 años.

A pesar del caos en la entrada, el CESI 90-91, alcanzó y superó por mucho su objetivo de recaudación de fondos. Tanto fue el éxito (y en parte, el caos), que para los años siguientes la administración del colegio empezó a colaborar con el CESI para la organización de Festivales futuros. Logrando así, que unos años después, el Festival de Gaitas del Colegio San Ignacio se convirtiera en el Festival Intercolegial de Gaitas más grande de Venezuela​​

EL CESI QUE APAGA EL FUEGO

 
 
 

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En el ámbito institucional, el CESI 2009-10, realizó los últimos pasos estructurales para formar el CESI que conocemos hoy en día. Fue la primera directiva con un cargo de Acción Social y fueron los arquitectos intelectuales para que el año siguiente se incluyera a la directora o director del EDASI como parte del CESI.

La directiva 2009-10, encabezada por Joaquín Espinoza, llevó a cabo los eventos insignes del CESI, bastante en línea con los años anteriores. Se coordinó une exitoso Festival Intercolegial de Gaitas, la Semana Colegial (de 4 días en ese entonces), apoyar en el Desfile, La Semana del Libro, las rosas del 14 de febrero, la noche de Rock y muchos otros. Pero eso no fue todo…

A Joaquín y a su directiva les tocó manejar una promoción de 5 to año que tenía las riendas sueltas y por ende muy desastrosa. Este fue el verdadero y más grande desafío que tuvo el CESI de ese año. Tuvieron que asumir un mayor rol como mediadores y negociantes entre los estudiantes y la directiva del colegio. En muchas oportunidades el CESI tuvo que intervenir y participar activamente en conversaciones con distintas instituciones del colegio para evitar que expulsaran a estudiantes, mantener ciertas tradiciones e incluso negociar para que la promoción tuviese un acto de graduación y evitar que se graduaran “por secretaría”. El CESI 2009-2010, se dedicó a apagar los fuegos que emergían de la falta de orden en el colegio. Desarrollaron habilidades de negociación y mediación que pocos jóvenes de 16 y 17 años tienen la oportunidad aprender. Pero a pesar de los obstáculos, lo lograron gracias a la robustez de la institución, gracias a la importancia que tiene el CESI, pero más importante gracias a la voluntad y compromiso de su directiva de trabajar sin cesar por un colegio mejor

EL PAÍS CAMBIA, EL CESI SE ADAPTA

 
 

Para el año 2016, ya existía una regla no escrita que dice que el día después de las elecciones, la nueva directiva del CESI se reúne para comenzar los preparativos del Festival de Gaitas. Y eso fue exactamente lo que hizo el CESI 2016-17. Desde abril hasta octubre, la directiva trabajó incansablemente para asegurarse que todo estuviese encaminado: los patrocinios, los artistas, la productora, los concesionarios, los permisos, la seguridad, los protocolo, las entradas, los afiches y todo lo que se necesita para realizar el Festival estaba viento en popa.

Sin embargo, la situación política en Venezuela no era fácil. Recordemos que en 2016 se inicia el proceso del Referéndum Revocatorio. Estando el CESI y sus delegados en la convivencia en Ocumare, el CNE dicta que hubo irregularidades en el proceso de recolección de firmas y se anula el intento del Referéndum Revocatorio. El 26 de octubre de 2016, se lleva a cabo una marcha en el distribuidor Altamira, donde se anuncia que las protestas continuaran indefinidamente.

Paralelamente, el Festival de Gaitas estaba pautado para el 13 de noviembre de 2016 y dada la poca visibilidad con respecto a la situación en las calles, la viabilidad de llevar a cabo el Festival se pone en duda.

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El CESI 2016-17, encabezado por Aníbal Borges, es llamado por la directiva del Colegio para tomar una decisión al respecto. La directiva del colegio le da al CESI la última palabra para decidir si el Festival se cancela o si deciden seguir. La única condición fue que los 7 directivos tenían que llegar a una decisión unánime. Aquí, el contexto es sumamente importante. Estamos hablando de un grupo de 7 estudiantes de 16-18 años que llevan 7 meses preparando el Festival, probablemente el proyecto más grande que han tomado en sus vidas y de la noche a la mañana les ponen enfrente una decisión sumamente difícil. Por un lado, podían escoger seguir con el Festival, corriendo el riesgo que ese día las calles estuviesen trancadas y nadie fuese al Festival, dejando al CESI y al colegio en una posición desfavorable. Por el otro lado, la alternativa era cancelar el Festival y que el trabajo de 7 meses se fuera por la borda. Luego de 8 horas de debate, el CESI 2016-17 decide cancelar el Festival de Gaitas.

La decisión, como toda decisión importante, fue criticada por algunos y apoyada por otros. Y si bien los ánimos no estaban en su mejor momento, el CESI tenía que repuntar de alguna forma. Así fue como en uno de los mayores actos de resiliencia, los directivos del CESI 2016-17 se enfocaron en recobrar el momentum y llevar a cabo los proyectos insignes de la campaña. Se realiza por primera vez la Copa Centenario, bautizada en honor a los 100 años de los Jesuitas en Venezuela, comienzan los Recreos Diferentes, donde se ponía música en el Boston Dome y se traían a los mejores concesionarios de Caracas como lo es el Grupo One Bite y muchos otros. También se llevaron a cabo foros a micrófono abierto en el auditorio donde estudiantes entre 5to grado y 5to año debatían y comentaban sus perspectivas sobre la realidad que estaban viviendo.

El CESI 2016-2017 se caracterizó por su capacidad de tomar decisiones difíciles, su resiliencia y su capacidad de sobrepasar obstáculos contra todo pronóstico.

UNIÓN, EMPODERAMIENTO Y LIDERAZGO PARA SERVIR

En el CESI 2017-18, nos enfocamos en la unión interinstitucional, el empoderamiento activo al estudiantado y la creación de lideres para servir.

La unión interinstitucional fue sumamente importante para nuestra directiva. Nuestro punto de enfoque fue crear puentes para unir a todos los distintos lideres que dirigen el colegio: OSCASI, SIPRE, ASIA, CEL, SIMUN, la Banda de Guerra, Loyola SC, FUNDASI, y dirección. A través de la comunicación y colaboración constante, nuestro CESI logró tener un impacto en cada uno de los eventos de las instituciones hermanas. Al final de todo el éxito de cada institución es el éxito de todas las instituciones. El empoderamiento activo al estudiantado era nuestro lema que regía el día a día. En todos los eventos buscamos “pasar la batuta” a quienes venían después de nosotros. Nos aseguramos de que los delegados y cualquier estudiante que quisiera ayudar tuviese un rol protagónico en la ejecución.

La creación de lideres para servir fue el tercer (y desde mi punto de vista el más importante) pilar de nuestra gestión. Durante nuestro tiempo en el Centro de Estudiantes, nos dimos cuenta de que había muchísimos lideres que no encontraban un rol que maximizara su impacto y su oportunidad de fortalecer su liderazgo. Jorge Luciani (Acción Social 2017-18) tuvo la visión de utilizar todo este liderazgo para fundar, junto a German Rodríguez (R.R.P.P 2018-19) y otros directivos del CESI, el Centro De Acción Social San Ignacio (CASSI), enfocado en crear lideres para el servicio social. Este año, el CASSI sigue en pie, cumpliendo 5 años sembrando conciencia social.

Nuestro CESI se caracterizó por una visión altruista, fortaleciendo los pilares para crecer exponencialmente el liderazgo ignaciano.

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